"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

miércoles, 22 de mayo de 2013

El honor perdido de Heinrich Böll.

Hay libros que te persiguen durante años. Algunos los compras fascinado por una publicidad engañosa, lo empiezas y, al caer en la trampa, lo abandonas decepcionado; otros, lo coges de la biblioteca una y otra vez pero nunca los llegas a terminar, tal vez por la sensación de apremio del límite impuesto, o por una falsa condescendencia ante lo que no es propio. Otros, en cambio, te los prestan y, tras dos mudanzas, tres hogares, seis diferentes estanterías y 12 años, surgen de nuevo para tí, como un buque a la deriva.
Recuerdas que ese antiguo amigo te lo pidió, y tú, violentado por la presunción de culpabilidad, le reprochaste insistentemente su insinuación y le gritaste, incluso, que ya se lo habías devuelto. En cambio, un día aparece, te sonríes recordando el momento, y comienzas a leerlo sin pretensión, sin recordar porqué no lo terminaste y se lo devolviste. Y descubres tras una o dos páginas que es una obra maestra. SEGUIR LEYENDO

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