"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

jueves, 20 de marzo de 2014

La escritura, el susurro del amigo

Necesitamos el arte para comprender el mundo, para amarlo, para odiarlo; también  para hacerlo más bello, honesto e, incluso, más avergonzante. Una gran obra artística provoca, o debería provocar, experiencias y sentimientos que nos hacen tambalear, paralizarnos, pensar, reflexionar, amar.
La capacidad artística va inexorablemente unido a la experiencia humana. Es indiscutible que el arte es al ser humano, como las mariposas a las flores: imprescindible y vital, a pesar de bello.
Pero hay diversas formas de canalizar nuestro mensaje. Se hace a través de la música, pintura, cine o literatura, por reseñar las más evidentes,.mas lo que transmitimos con estas disciplinas es diferente según el medio que elijamos, aunque siempre provoquen sentimientos similares. Es como la amistad, si me permiten la comparación. Veamos:


  • El arte cinematográfico sería esa amistad de juventud provocadora, efímera, ilusionante, pasajera y olvidada hasta que vuelva a aparecer. Ese amigo o amiga que ves diez años después y, como un torrente por una ladera abrupta, te remueve, conmociona y, después de recordar no pocas historias, sin importar mucho el presente, se despide con el clásico "tenemos que quedar", aunque no lo vuelvas a ver en la vida, como sucede con muchas películas.



  • La pintura es un disciplina tal vez más aparente, más perdurable, pero más agotadora. Sería la amistad pedante, formal y necesaria. Cómo disfrutas en una pinacoteca descubriendo cuadros o admirando aquellos que sólo has visto en libros. Tus sensaciones son mucho más perdurables, pero tras dos horas necesitas parar, banalizar. Son tantos los sentimientos producidos por tantas hermosas pinturas que te sientes abrumado. Me sucede con las pinturas, como con los viejos amigos cultos y refinados, tienes que dosificarlos. Es muy probable que los admira mucho tiempo después cuando recuerdas un artista unido a una impresión, y lo valoras mucho más en toda su magnitud en el instante posterior que en la primera visión.



  • La música es un arte absoluto, brutal, espectacular que siempre te ha acompañado toda la vida. Esa amiga que adoras y que te arrastra y te convence, ese amigo que te odia y te ama, que saca lo mejor de ti y lo peor. El arte musical no te deja indiferente, no puedes mantenerte al margen porque te va a zarandear y vas a tener que responder. Es imprescindible, aunque a veces es un barullo. Necesitamos de la música, pero necesitamos ocasiones para escucharnos a nosotros. Amamos a estos amigos, pero a veces debemos separarnos de ellos.



  • La literatura sería ese amiga, ese amor, tranquilo, siempre necesario, siempre presente cuando lo llamas que en cualquier instante te puede revolver, calmar y comprender. No es necesario grandes artificios, ni envoltorios, sólo un instante, un silencio, una palabra, una frase, una historia. Después todo encaja, vuelves a sonreír y comprendes mejor tu naturaleza. Es un susurro que te acuna y te ama a las dos de la mañana cuando te despiertas en una pesadilla. Es el amor del fiel anciano, la amistad de toda una vida. La escritura es el arte que más perdura, como estos amigos, y que siempre te acompaña sin pedir nada a cambio. Es el arte más sincero, y con éste me quedo.

1 comentario:

  1. Me quedo con la música por su repercusión en el alma, aunque estoy de acuerdo en que la verdadera amistad es la escritura.
    Me ha encantado Mrlemú.

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