"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

lunes, 20 de octubre de 2014

Confieso: no he leído a Patrick Modiano

Sí, lo reconozco, nunca he leído un libro del reciente escritor francés galardonado con el Premio Nóbel. Alguien que administra un blog con ínfulas de literario debería haber leído a un autor considerado clásico; en cambio, ni siquiera sabría decir ningún título de Modiano. Además, las referencias que me habían llegado le comparaban con otro escritor francés Jean Echenoz, del que sí había leído dos obras  y no me habían entusiasmado. En fin, no se preocupen, que lo leeré, porque ganar el Nóbel siempre da garantías de calidad.
Pero el motivo de esta entrada no es confesarme sobre lo precario de mis lecturas, sino que esto me ha llevado a reflexionar sobre lo inabarcable que es el arte en general y la literatura en particular.
Si amo la literatura, escribo un blog sobre cuentos literarios, si tengo pretensiones de escritor, si mi vida gira entorno al escrito, ¿cómo no conozco ninguna una obra de un Nóbel? Simplemente, porque es imposible conocerlo todo.
En España, en 2013 se publicaron más de 60.000 libros. Es cierto, la mayoría no son ficción, ni siquiera, si me apuran, se podría considerar literatura, pero sólo con que el 1% se considere como tal, tenía que haber leído 600 títulos. Además, en esta lista de posibles lecturas habría que añadir los escritores de otras lenguas que se van traduciendo al castellano y a autores de la historia de la humanidad. El cine sólo existe desde hace 80 años, un arte asumible; la literatura, dos milenios.
Camilo José Cela, uno de los grandes escritores y un empedernido lector, reconocía que leía, leía y leía, pero que en su biblioteca sabía que había libros que se moriría sin haber abierto.

Todo esto es para concluir a modo de excusa y justificación de mi ignorancia sobre Modiano que la cultura es básica, pero inmanejable, que no podemos conocer todo, simplemente disfrutar de aquella que nos llega y comprendemos. Apasionarnos con la literatura, sin más pretensión que llegar hasta donde nos dé la vida, nos ayudará a comprender mejor el mundo y a ser más felices, y conocer una lista de movimientos literarios, escritores y sus obras sólo nos valdrá para ejercitar la memoria..